June 6, 2025

Maniobra de Hamilton: ¿una ayuda para iniciar el parto o una acción innecesaria?

Parto

A medida que se acerca la fecha probable de parto, muchas mujeres se preguntan si pueden hacer algo para dar un “empujoncito” natural al inicio del trabajo de parto. Una de las opciones que a veces proponen los profesionales de la salud es la maniobra de Hamilton, también conocida como “barrido de membranas”. Pero ¿en qué consiste realmente esta técnica? ¿Qué beneficios tiene? ¿Duele? ¿Tiene riesgos? Hoy en Maternify te lo contamos todo, con base en la mejor evidencia disponible y desde una mirada respetuosa con la autonomía de cada mujer.

¿Qué es la maniobra de Hamilton?

La maniobra de Hamilton es un procedimiento manual que intenta estimular el inicio del parto de manera natural, sin medicamentos. Para ello, la matrona o el ginecólogo/a introduce uno o dos dedos en la vagina, atraviesa suavemente el cuello del útero (si está algo dilatado, al menos 1 cm) y realiza movimientos circulares para despegar las membranas amnióticas de la parte inferior del útero.

Este gesto puede provocar la liberación de prostaglandinas, unas sustancias que ayudan a madurar el cuello del útero y a desencadenar contracciones. Es decir, puede ser el empujón que tu cuerpo necesita si ya está bastante preparado para el parto.

¿Cuándo se recomienda?

No se realiza de forma rutinaria, ni debería hacerse "por protocolo". Según las guías clínicas, la maniobra de Hamilton puede ofrecerse en casos concretos, como por ejemplo:

  • Si se aproxima una inducción farmacológica y se quiere intentar evitarla.

  • Cuando hay embarazo prolongado (más allá de la semana 41).

  • Si la mujer lo solicita y su situación clínica lo permite.

Es importante que exista una ligera dilatación cervical y que no haya contraindicaciones para el parto vaginal, como una placenta previa.

¿Qué se siente? ¿Duele?

La sensación varía mucho entre mujeres. Según estudios, alrededor del 50% la describen como molesta o algo dolorosa, mientras que un 17% la califican de dolorosa o muy dolorosa. También puede provocar manchado vaginal leve, dolor pélvico o lumbar, y contracciones irregulares durante las 24-48 horas siguientes.

Todo esto es normal si ha sido explicado de antemano, pero nunca debería sorprenderte. La clave es que la maniobra solo se realice con tu consentimiento informado, sabiendo lo que implica y valorando si sus posibles beneficios compensan sus efectos secundarios.

Beneficios: ¿funciona realmente?

La eficacia de la maniobra no es absoluta, pero algunos estudios han observado lo siguiente:

  • Aumenta ligeremente la tasa de parto espontáneo: unas 7 de cada 10 mujeres que se someten a ella inician el trabajo de parto sin inducción farmacológica, frente a 6 de cada 10 que no se la hacen.

  • Puede reducir el riesgo de llegar a las 42 semanas.

  • En mujeres con partos previos, puede disminuir el riesgo de inducción más claramente.

Eso sí, no reduce el riesgo de cesárea ni mejora los resultados del bebé, y la evidencia sigue siendo de baja calidad.

¿Cómo te puede ayudar Maternify?

En Maternify sabemos que una de las claves para vivir un parto seguro y empoderado es estar bien informada y acompañada. Por eso, en nuestro servicio de Preparación al Parto abordamos a fondo temas como la maniobra de Hamilton, las opciones ante una inducción, los signos reales de inicio del parto, y cómo tomar decisiones con seguridad.

Además, te ayudamos a identificar tus preferencias de nacimiento, a comunicarte mejor con el equipo médico y a prepararte emocional y físicamente para lo que viene. Porque el parto no es solo un evento físico: es también un momento profundo, personal y transformador.

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Riesgos y contraindicaciones

Aunque suele considerarse una maniobra segura, no está exenta de riesgos:

  • Molestias o dolor durante y después del procedimiento.

  • Sangrado leve por la alta vascularización del cuello uterino.

  • Contracciones dolorosas e irregulares.

  • Rotura accidental de la bolsa, que podría adelantar el parto e implicar inducción farmacológica si no se desencadena de forma natural.

  • Carga emocional o psicológica, sobre todo en mujeres con historial de trauma o miedo a los tactos vaginales.

Está contraindicada si el cuello del útero está completamente cerrado, en casos de placenta previa, vasa previa, sangrados activos, gestación pretérmino o si hay cualquier contraindicación para parto vaginal.

¿Y si no quiero hacérmela?

Es fundamental recordar que tú decides sobre tu cuerpo. Si, después de recibir toda la información, prefieres esperar de forma natural al inicio del parto, estás en tu pleno derecho. Rechazar la maniobra no pone en riesgo tu salud ni la de tu bebé.

En resumen…

La maniobra de Hamilton puede ser una opción válida para algunas mujeres, sobre todo si se enfrentan a una inducción programada y prefieren probar antes una alternativa menos invasiva. Pero no es mágica ni infalible, y no debería realizarse sin tu consentimiento informado y explícito.

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