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La lactancia es un proceso vivo, cambiante y lleno de matices. A veces, mientras un bebé se alimenta en un pecho, el otro comienza a gotear por el reflejo de eyección. Otras veces, ese goteo aparece entre tomas y puede resultar incómodo o acabar en la ropa o en los discos absorbentes. Para muchas madres, esta leche que se pierde puede suponer un recurso valioso. Ahí es donde entran en juego los colectores de leche materna.
En este artículo respondemos a las dudas más habituales: qué son, cómo funcionan, cuándo utilizarlos y qué cuidados requieren para asegurar un uso seguro.
Los colectores de leche son dispositivos (generalmente de silicona suave) diseñados para recoger la leche que gotea de un pecho mientras el bebé se alimenta del otro o durante una extracción.
Existen dos grandes tipos:
Son depósitos que se colocan dentro del sujetador. Se ajustan suavemente alrededor del pezón y simplemente recogen la leche que cae de forma natural. No ejercen succión.
Modelos como el popular estilo “succión de silicona”.
Ambos tipos pueden ser aliados para aprovechar al máximo cada gota de leche, siempre que se utilicen correctamente.
Aunque suelen popularizarse al inicio de la lactancia, su utilidad puede extenderse durante toda la etapa de amamantamiento.
El reflejo de eyección suele activarse en ambos pechos. Si uno gotea mientras el bebé mama del otro, el colector permite recoger esa leche sin desperdiciarla.
Si usas sacaleches, el colector puede recuperar el goteo del pecho contrario y sumar unos mililitros extra que, a lo largo de los días, marcan la diferencia.
Para algunas madres, el exceso de leche genera presión o incomodidad. El colector puede ayudar a aliviarla de forma suave sin estimular demasiado —algo importante para no aumentar aún más la producción—.
El goteo continuo puede humedecer el sujetador y la ropa, generando molestias en la piel o en el pezón. Usar el colector en momentos puntuales puede reducir esta sensación.
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La leche recolectada es perfectamente válida para conservar y ofrecer al bebé, siempre que se manipule con higiene y siguiendo las pautas adecuadas.
La leche que queda en un colector suele mantenerse a temperatura corporal unos minutos. Por eso es importante refrigerarla o congelarla dentro de los 20 minutos posteriores.
Aunque los colectores son muy útiles, conviene tener en cuenta algunos aspectos:
Pueden retener humedad y dificultar que el pezón respire, algo especialmente relevante en presencia de grietas o irritación.
Son una herramienta complementaria. No ejercen la misma estimulación ni sirven para mantener o aumentar la producción.
Si notas presión, dolor o marcas en la piel, conviene revisar el modelo o la forma de colocarlo.
No necesariamente. Son una ayuda práctica para quienes experimentan goteo frecuente, desean conservar esa leche o buscan un poco de alivio en momentos de sobreproducción. Pero también es válido no utilizarlos. Lo más importante es que cada mujer encuentre las herramientas que mejor acompañen su experiencia de lactancia.
En Maternify, nuestras matronas pueden ayudarte a decidir si un colector es adecuado para ti, cómo incorporarlo a tu rutina o cómo manejar situaciones como educación de la bajada de leche, producción excesiva o dudas de almacenamiento.
Los colectores de leche son un recurso sencillo, económico y eficaz para aprovechar la leche que se pierde por goteo. Usados de forma puntual y con un buen manejo higiénico, pueden facilitar la lactancia, evitar molestias y sumar pequeñas cantidades de leche que, con el tiempo, se convierten en un apoyo real para la alimentación del bebé. En Maternify, nuestras asesorías de lactancia online o a domicilio son personalizadas para poder acompañaros en obtener la lactancia que deseáis.
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