.png)
Cuando una mujer se queda embarazada el ginecólogo, tras una pequeña entrevista y chequeo de la madre, categoriza el tipo de embarazo, con el fin de hacer un seguimiento estandarizado o más especializado a la madre y al bebé. También puede suceder que a lo largo de las semanas se detecte un problema que suponga un embarazo de riesgo.
Se considera que un embarazo es de riesgo cuando la madre, el feto, o ambos, tienen más probabilidad de padecer complicaciones, de mayor o menor gravedad, durante el embarazo y el parto. La consecuencia principal de ello es un seguimiento por parte de los profesionales sanitarios más riguroso durante la gestación.
Son numerosos los factores que suponen un embarazo de riesgo, pero los principales son los siguientes:
La edad de la madre a la hora de quedarse embarazada se convierte un factor de riesgo aumenta a medida que la madre va alcanzando una edad más avanzada, a partir de los 35 años la probabilidad incrementa considerablemente, ya que la edad más adecuada para tener un hijo es entre los 19 y 30 años de edad. La media de edad en una mujer que tiene a su primer hijo en España son los 34 años de edad, según un estudio del año 2016. Este dato invita sin duda a reflexionar.
La falta de estabilidad familiar y económica son factores decisivos que provocan el retraso en la decisión de tener un hijo. Pero también todos los métodos de reproducción asistida que se han ido desarrollando y perfeccionando en los últimos años, ha ayudado a muchas familias a tomar la decisión de tener un hijo, pese a la avanzada edad de la madre.
Es evidente que aunque una mujer de 40 años goce de una estupenda salud, la gestación comportará riesgos que no aparecen con menor edad (diabetes gestacional, la tasa de cesárea es elevada, riesgo en la salud del bebé…). además de la evidente dificultad a la hora de querer concebir.
Cuando la madre embarazada padece una enfermedad provocará que el embarazo sea de riesgo, ya que puede influir negativamente en el feto al incrementar los problemas que se derivan de dicha enfermedad en la madre, debido al cambio drástico hormonal así como de peso.
La epilepsia, hipertensión, diabetes, cáncer, problemas renales, infecciones, sobrepeso/obesidad…, son las enfermedades más comunes, entre otras.
Durante el embarazo puede surgir una diabetes gestacional en la madre, provocada por un cambio y aumento hormonal, así como de peso, que supone un rendimiento menos eficaz del uso que hacen las células de la insulina (resistencia a la insulina).
También puede detectarse en la madre gestante preeclampsia, alrededor de la semana 20 de embarazo, y se produce por una elevación de la presión arterial asociada a una pérdida de proteínas por la orina.
El alcohol, las drogas, fumar, entre otros hábitos tóxicos, perjudicarán la salud de la madre embarazada y el bebé, lo que provocará un embarazo de riesgo.
Cuando una mujer ha tenido anteriormente un embarazo en el que en el parto, el bebé nació por cesárea o no llegó a término, siendo por tanto prematuro, un embarazo posterior suele requerir un seguimiento más especializado siendo, por ello, un embarazo de riesgo.
Pueden aparecer con causa en el embarazo una serie de patologías que pueden provocar problemas en la madre o en el bebé y que requieren un seguimiento por parte del profesional sanitario más detallado.
No tener el nivel adecuado de líquido amniótico, sufrir placenta previa, problemas en el cuello del útero, quistes o coágulos en el útero…, entre otros problemas que pueden surgir en un embarazo de riesgo.
Un embarazo múltiple también supone un embarazo de alto riesgo.
Cuando el ginecólogo informa a la madre que su embarazo es de riesgo, las consecuencias en el seguimiento del embarazo van a ser varias, como anticipamos al principio.
El apoyo psicológico en la madre, a veces incluso en el padre, es fundamental durante un embarazo de riesgo. Sufrir complicaciones en un momento en el que se esperaba que fuera fuente de felicidad, puede provocar una inestabilidad (nervios, ansiedad…) que es importante controlar y encontrar apoyo en profesionales sanitarios especializados. Compartir las inquietudes con otros padres que ya hayan pasado por la misma situación, sin duda ayudará a llevar este camino.
Procurar en la medida de lo posible un estilo de vida saludable va a resultar muy beneficioso para no incrementar esos factores o causas de riesgo en el embarazo. Hacer una dieta equilibrada será imprescindible en la madre con un embarazo de alto riesgo, contar con un plan nutricional creado por un profesional cualificado ayudará en gran medida al control del embarazo. Realizar ejercicio físico según las posibilidades y estado de cada madre también ayudará, un entrenamiento personalizado será aconsejable.
Un control médico especializado va a ser obligatorio ante un embarazo de alto riesgo. Se incrementará el número de controles y ecografías por el profesional sanitario a la madre gestante, en un embarazo convencional se hacen tres chequeos. Aumentarán también los análisis de sangre y de orina.
Cuando existe un embarazo de riesgo el momento del parto es diferente. Normalmente será un parto inducido, incrementará el control, como ha sucedido durante toda la etapa del embarazo, para que tanto la madre como el bebé no sufran ninguna complicación.
Maternify cuenta con un amplio equipo de profesionales sanitarios impuestos y formados con los últimos avances sanitarios, ofreciendo servicios de atención y acompañamiento, no solo a las madres, si no a toda la familias, porque la pa/maternidad es una etapa en la que todos deben estar implicados.
Contar con el apoyo de profesionales sanitarios altamente cualificados marcará la diferencia a la hora de vivir la espera y llegada de un nuevo miembro a la familia.
Allí podréis conocer el día a día de una matrona, os contamos los diferentes casos que tratamos a diario además compartimos y resolvemos las dudas que nos envíais.
Síguenos y descubre el mundo de Maternify a través de nuestra cuenta @Matronaparami.
.png)
.png)
.png)