Cuidado en la prematuridad: cómo cuidar y acompañar a un bebé prematuro en casa y en el hospital

Cuando un bebé nace antes de tiempo, los primeros días pueden llenarse de preguntas.
¿Cómo cuidar a un bebé prematuro? ¿Cuándo podrá ir a casa? ¿Qué apoyo necesitan los padres?
La prematuridad es una etapa delicada, pero con información clara y acompañamiento adecuado, puede vivirse con calma y confianza.

Qué significa que un bebé sea prematuro

Un bebé se considera prematuro cuando nace antes de las 37 semanas de embarazo.
Según la edad gestacional, se distingue entre:

• Prematuro tardío: entre 34 y 36 semanas.
  
  
• Muy prematuro: entre 28 y 33 semanas.
  
  
• Extremadamente prematuro: antes de las 28 semanas.
  
  

Cada caso es diferente, pero en todos los niveles de prematuridad es esencial una atención coordinada entre profesionales y familia.
Los bebés prematuros suelen necesitar más tiempo para desarrollar la succión, regular la temperatura y ganar peso, pero con acompañamiento constante logran grandes avances.

Cómo cuidar a un bebé prematuro en el hospital

Durante las primeras semanas, el bebé puede permanecer en la unidad neonatal (UCIN o UCINa).
Aunque el entorno hospitalario puede resultar abrumador, los padres tienen un papel fundamental:

• Establecer contacto piel con piel (método canguro) tan pronto como el equipo médico lo permita.
  
  
• Hablarle y tocarle con suavidad, lo que estimula su sistema nervioso y refuerza el vínculo.
  
  
• Participar en su alimentación, aprendiendo a extraer y conservar la leche materna si aún no puede mamar directamente.
  
  
• Mantener la comunicación con el equipo médico, entendiendo cada avance y cada cuidado.
  
  

El contacto constante con los padres tiene efectos demostrados: ayuda a regular la temperatura del bebé, mejora su ganancia de peso y reduce el estrés tanto en el bebé como en los progenitores.

Cómo cuidar a un bebé prematuro en casa

Cuando el alta llega, pueden aparecer nuevos miedos: “¿cómo sé si mi bebé está bien?”, “¿puedo sacarlo a pasear?”, “¿qué pasa si se resfría?”.
Algunos consejos prácticos:

• Ambiente tranquilo y cálido: evita los cambios bruscos de temperatura y los ruidos intensos.
  
  
• Higiene de manos: todos los cuidadores deben lavarse bien antes de tocar al bebé.
  
  
• Tomas frecuentes: los bebés prematuros comen más despacio y con mayor frecuencia.
  
  
• Sueño seguro: boca arriba, sin cojines ni peluches en la cuna.
  
  
• Seguimiento médico regular: es clave para controlar el crecimiento, las vacunas y el desarrollo neurológico.
  
  

También es útil llevar un registro diario de tomas, peso y horas de sueño. Esto ayuda a observar su evolución y resolver dudas con el pediatra.

Lactancia en bebés prematuros

La leche materna es el mejor alimento para un bebé prematuro. Aporta defensas, proteínas y calorías que ayudan a fortalecer su sistema inmune y su crecimiento.
Sin embargo, establecer la lactancia puede requerir tiempo y acompañamiento.
Algunas recomendaciones:

• Iniciar la extracción de leche en las primeras horas tras el parto.
  
  
• Guardar y etiquetar la leche para que pueda usarse en la UCIN.
  
  
• Hacer contacto piel con piel antes de las tomas.
  
  
• No comparar el proceso con el de otros bebés: cada caso es único.
  
  

El objetivo no es la perfección, sino mantener el vínculo y asegurar una alimentación segura y afectiva.

Cómo apoyar el bienestar emocional de los padres

El cuidado emocional de la madre y el padre es una parte esencial del cuidado del bebé.
Durante la hospitalización pueden aparecer sentimientos de miedo, culpa o cansancio extremo.
Algunas estrategias que ayudan:

• Compartir las emociones sin juzgarse.
  
  
• Buscar apoyo profesional si la ansiedad o la tristeza persisten.
  
  
• Mantener rutinas básicas de descanso y alimentación.
  
  
• Aceptar ayuda práctica del entorno (comidas, recados, acompañamiento).
  
  

Cuidarse permite ofrecer al bebé un entorno más estable y tranquilo.

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Respetar los ritmos del bebé

Los bebés prematuros se desarrollan según su edad corregida (la que tendrían si hubieran nacido en la fecha prevista).
Esto significa que puede tardar más en sonreír, mantenerse sentado o dormir toda la noche, y es completamente normal.Respetar sus tiempos, observar sus señales y celebrar cada avance refuerza el vínculo y mejora el bienestar familiar.

Acompañamiento especializado para esta etapa

Vivir la prematuridad con calma es posible cuando se combina información fiable, apoyo emocional y una red profesional que oriente sin juzgar.
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Cada bebé tiene su propio ritmo, y cada familia su forma de cuidar. Lo importante es no hacerlo en soledad.

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