Uno de los más esperados por muchas familias es el primer baño en la piscina pero antes de lanzarte al agua con tu peque, es importante conocer algunos puntos clave para que esa experiencia sea segura, respetuosa y placentera para ambos.
Aquí te contamos cuándo puede un bebé bañarse en la piscina, cómo cuidar su piel delicada, y qué hacer para que sus primeros chapoteos se conviertan en experiencias positivas.
Dependerá del tipo de piscina y de las características del bebé:
¿Tiene dermatitis o eccema? Lo ideal es esperar hasta los 10 meses y consultar con tu pediatra antes de exponer su piel al cloro.
Lo ideal es: Elegir momentos sin hambre ni sueño. La clave está en que el agua sea una experiencia positiva, no una obligación.
La piel del bebé es cinco veces más delgada que la de un adulto, y el cloro, el sol o el roce del bañador pueden irritarla fácilmente.
Antes del baño:
Después del baño:
Aunque tengamos muchas ganas, no todos los bebés disfrutan del agua a la primera. Algunos se asustan por el frío, el sonido o simplemente no se sienten cómodos.
¿Cómo ayudarlo a disfrutar?
El primer baño en la piscina puede ser una experiencia entrañable para toda la familia… siempre que se respete el ritmo del bebé y se tomen las precauciones necesarias. No se trata de que nade antes de caminar, sino de que se sienta seguro y feliz en el agua.
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Nutrición, Primeros auxilios, Fisioterapia, Psicología perinatal y Salus