July 3, 2025

Sol, infancia y riesgos invisibles: por qué tu hijo necesita gafas de sol

Bebé

Cuando llega el buen tiempo y el sol empieza a apretar, nos preocupamos por proteger a nuestros peques del sol: sombreros, ropa ligera, crema solar... pero ¿y los ojos? ¿Necesitan realmente gafas de sol o es solo una tendencia más?

La respuesta es clara: sí, las necesitan. Y más de lo que imaginamos.

¿Por qué es tan importante proteger los ojos de los niños?

Los niños pasan muchas más horas al aire libre que los adultos y, además, sus ojos son mucho más sensibles a la radiación ultravioleta (UV). En sus primeros años de vida, sus ojos todavía no filtran bien esa radiación, por lo que casi toda llega directamente a la retina. El resultado: una mayor exposición a problemas oculares a corto y largo plazo.

Y sí, aunque no se quejen o parezca que no les molesta el sol, eso no significa que no les esté afectando. El daño ocular por radiación UV puede ser silencioso y acumularse con el tiempo. Cataratas, degeneración macular, incluso ciertos tipos de tumores oculares... son enfermedades que pueden tener su origen en la infancia por una exposición solar prolongada sin protección.

“Pero si no se las quiere poner…”

Es completamente normal que al principio no quieran saber nada de unas gafas nuevas en su cara. Pero hay formas de hacerlo más fácil:

  • Deja que las elija contigo, que las sienta suyas.
    Busca modelos cómodos, ligeros y con buen ajuste.
  • Convierte el momento en un juego: intercambia gafas, crea personajes, haz dibujos...
  • Y lo más importante: dale ejemplo. Si tú te las pones, él también querrá hacerlo.

La clave es insistir sin forzar. Hoy no quiere, mañana quizás sí.

¿A partir de qué edad pueden usarlas?

La Asociación Española de Pediatría lo tiene claro: cuanto antes, mejor. Incluso en bebés. Aunque es cierto que es difícil que se las dejen puestas, eso no significa que no debamos intentarlo. Siempre podemos combinar las gafas con otras protecciones como sombrillas, capotas con filtro UV y gorritos con visera.

¿Qué debo tener en cuenta al elegir unas gafas de sol infantiles?

Hay muchas opciones en el mercado, pero no todas son iguales ni igual de seguras. Aquí los puntos clave:

  • Protección UV 100%: Asegúrate de que bloquean los rayos UVA y UVB (busca la etiqueta UV400 o similar).
  • Montura resistente y ligera: Materiales hipoalergénicos, flexibles (como TR90 o nylon), que no se rompan con facilidad y que pesen poco.
  • Filtro solar adecuado: Para niños, lo ideal es un filtro de categoría 3 (ni muy claro ni muy oscuro, con buena protección en condiciones de luz intensa).
  • Tamaño y forma adaptados: Lentes grandes que cubran bien los ojos, sin molestar ni caerse. Algunas vienen con bandas elásticas para mejorar el ajuste en los más pequeños.
  • Diseño atractivo: Que les guste es fundamental. Si tienen su personaje favorito o un color que adoran, será más fácil que se las quieran poner.
  • Limpieza y estado de las lentes: Unas gafas sucias o rayadas pueden distorsionar la visión y hacer que no quieran usarlas. Enséñales a cuidarlas y limpiarlas contigo.

¿Solo en verano y en la playa?

¡No! La radiación UV no se toma vacaciones. Incluso en días nublados, hasta un 40% de los rayos UV pueden atravesar las nubes. Y si estamos en la nieve, el agua o la arena, el reflejo de la luz multiplica su intensidad.

Por eso, si vais a estar al aire libre —en cualquier estación del año—, lo ideal es que toda la familia lleve gafas de sol homologadas y sombrero.

En resumen...

  • Sí, las gafas de sol infantiles son una necesidad real.
  • El ojo tiene memoria, y protegerlo desde la infancia es invertir en salud visual futura.
  • Elige gafas seguras, cómodas, bonitas y adaptadas a su edad.
  • Y recuerda: el mejor protector solar para los ojos son unas buenas gafas… ¡y el hábito de usarlas!

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